Los centros de Infantil y Primaria que imparten hasta este curso enseñanza en ambas lenguas esperan que Educación resuelva la inseguridad.
El conseller Marzà afirma que no habrá cambios en la matrícula.
«La admisión de alumnos que acaba mañana, jueves, no debería mantenerse tal cual con el decreto de plurilingüismo paralizado». La conclusión expresada por técnicos consultados en la Conselleria Educación, tras conocer el definitivo revés que el TSJ de la Comunidad Valenciana ha dado al modelo de la enseñanza en lenguas promovido por el conseller, Vicent Marzà, mantiene en vilo a los equipos directivos de al menos un centenar de centros en la provincia.
Se trata de los colegios de Infantil y Primaria que hasta este curso han impartido en unas aulas la enseñanza en castellano y en otras aulas en valenciano, a elección de los padres a la hora de matricular a sus hijos de 3 años.
Sin embargo, la matrícula para el curso que viene se está llevando a cabo a partir de lo que marca el decreto de plurilingüismo ahora paralizado, que suprime los centros de doble línea con aulas de castellano y de valenciano en los que previamente han tenido que optar por una u otra lengua para impartir la enseñanza.
Como la normativa que ha regido la matrícula actual está suspendida cautelarmente, Educación se ve obligada a incorporar alguna modificación para que los colegios no vayan contra lo dictaminado por los jueces, pero el conseller, Vicent Marzà, aseveró ayer en declaraciones a la Ser que «las familias estén tranquilas, no habrá cambios en la matrícula».
Reorganización
En lo que se advierten posibles modificaciones es en la organización de los horarios en estos centros más directamente afectados por la paralización del plurilingüismo, 200 en el conjunto de la Comunidad. «El auto del TSJ entendemos que lleva a una nueva reorganización del horario tanto de materias como del profesorado en estos colegios. Entre otros extremos no podrá impartirse la hora de Comunicación Oral que incluye el decreto y para la que se han solicitado docentes», explican en la asociación de directores.
Los equipos directivos se han mostrado en todo momento favorables a la implantación del plurilingüismo de Marzà en las aulas y reiteran el comunicado emitido tras la primera suspensión cautelar por parte del TSJ. Comparten que pedagógicamente favorecerá el conocimiento de las tres lenguas, castellano, valenciano e inglés, para todos los alumnos cuando terminen la etapa obligatoria de la enseñanza, independientemente del nivel de lenguas escogido en cada centro escolar.
No obstante, también son conscientes de que la ratificación de la suspensión de la normativa de la enseñanza en lenguas afecta al inicio del curso. «El escenario que abre esta suspensión cautelar es complicado», aprecian en otro de los centros consultados. «Entiendo que no se deben aplicar los nuevos programas plurilingües».
Inseguridad
Hoy por hoy, la sensación que la decisión del TSJ deja en los colegios es de «cierta inseguridad» y queda abierta, además, la posibilidad de que colectivos que no se sientan satisfechos con los cambios que prevé Marzà en las instrucciones del inicio de curso y que ya aventuran que serán mínimos, acaben por reclamar ante el TSJ un «incidente de ejecución».
Esta medida conllevaría la petición a los jueces de que especifiquen que la suspensión cautelar del decreto de plurilingüismo lleva aparejada la paralización de los nuevos programas lingüísticos aprobados por los consejos escolares. «Sería como un complemento de sentencia ante una situación que puede generar conflicto y enfrentamiento añadido», indican en algunos colegios.
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