Las pensiones se tambalean. España envejece y antes de 2050 tendrá más jubilados que trabajadores. Algunos problemas son coyunturales –como la tasa de paro o el déficit de la Seguridad Social–, pero también existen amenazas estructurales a las que hacer frente urgentemente. Las soluciones a corto plazo son parches que no sirven para nada. La supervivencia del sistema estriba en un pacto de Estado de amplio espectro político y largo horizonte temporal.
Salvar las pensiones es una prioridad para el nuevo Gobierno. Una sociedad estable económica y políticamente resulta inviable sin un sistema equitativo y justo. Además, las prestaciones públicas cohesionan y sirven como eje vertebrador de la sociedad. Y mientras que el 70% de los jubilados vive sólo con su pensión pública, el 34,3% de los hogares en España tiene como principal fuente de ingresos una pensión.
Pese a que el 54,5% de los inversores crea que las pensiones no están garantizadas, algunos expertos defienden que el sistema público no tiene ningún problema de sostenibilidad y que la viabilidad pasa por el diseño de mecanismos de corrección automática del gasto –como la subida gradual de la edad legal de jubilación o la introducción del índice de revalorización que recogían las dos últimas reformas–.
Artículo completo Pensiones: una reforma urgente
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