martes, 30 de enero de 2018

La absurda victimización secundaria

Fuente: es diario/Enrique Arrúe

Cualquier caso de violencia de género pone a la víctima en unos procesos duros,miedo constante y cualquier indicador negativo hace que el silencio se produzca hasta que el cuerpo aguante.


La victimización secundaria son aquellos daños o perjuicios psicológicos, sociales, judiciales, o económicos que se producen en un momento posterior al delito, que tienen que soportarse por el ciudadano porque el sistema no es infalible, no es perfecto, tiene lagunas y algunos fallos. Lo que llamamos la doble victimización. Ocurre frecuentemente,… cualquier caso de violencia de género pone a la víctima en unos procesos duros, a veces lentos, miedo constante y cualquier indicador negativo hace que el silencio se produzca hasta que el cuerpo aguante… y obviamente la víctima “no está segura”.
Hemos citado muchas veces los motivos por los que se produce la victimización secundaria. Son variados, amplios y complicados, como la falta de personal, infraestructuras y lugares inadecuados, obsoletos, demagogia de algunos centros y entidades basados en castillos de humo. Y además añadimos la falta de empatía y sensibilidad generalizada, salvo excepciones, la desinformación, políticas sociales imprecisas e injustas (incluso una falta de orden y procedimiento), insuficiente atención especializada, y sobre todo: “La falta de respuestas idóneas en la búsqueda para ayudar a salir de ciertas situaciones a las víctimas”. Complicado de resolver… pero no es imposible, porque se conocen los motivos, por lo tanto se puede trabajar para solucionarlos.
Es necesaria una especialización y formación continuada de los profesionales que atienden a víctimas, sean del sector que sea.
¿Pero en qué situación hace que permanezca la victimización secundaria de por vida en las vidas de las personas?...
En la de los familiares que han perdido a una persona al ser asesinada. Su situación es la de un estado post-traumático permanente, que hace vivir esas sensaciones de angustia de modo aleatorio, en cualquier momento, pero durante toda su vida porque “un malnacido” decidió cometer un crimen a un ser querido, aun familiar.
¿Cuándo permanece todavía más esa desesperación y sentimiento de que el sistema no funciona?...
Cuando vemos en la televisión la reivindicación y llamamiento público que hace el padre de Diana Quer y otros padres con familiares asesinados que están solicitando urgentemente: -Que no se derogue la llamada “PRISIÓN PERMANENTE REVISABLE”-
Esta medida es mucho más garantista penalmente que una cadena perpetua. Además, es utilizada en países avanzados, modernos, de la Unión Europea. Es una acción jurídica para apartar de la sociedad a aquellos delincuentes que han asesinado y que muy probablemente van a seguir con sus comportamientos violentos, si estos vuelven a las calles. Casos de extrema gravedad en nuestra sociedad que tienen que tener un tratamiento diferenciado obviamente (Gran alarma social).
No obstante, estamos de acuerdo en que en determinados casos donde la peligrosidad es obvia y el nivel de reinserción no es posible (dependiendo de la valoración profesional de los psicólogos y grupos de trabajo especializados), la prisión permanente revisable es una opción real, y el pueblo la demanda por su propia seguridad.
Es una solicitud legal de una medida que todavía existe (aunque tiene muy poco tiempo) y reforzada por nuestras gentes, “las personas”, para mejorar esta sociedad. Erradicar la violencia injusta y todo el daño que se hace a las víctimas que se quedan en la tierra, de las cuales nos compadecemos al principio, pero que olvidamos tan pronto surgen otras noticias en el tiempo.
Ayudemos a esos padres y entendamos el infierno en vida que están sufriendo.

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