miércoles, 3 de mayo de 2017

La fuerte subida de los precios puede empobrecer al 80% de los trabajadores

Fuente: El Economista/FRANCISCO S. JIMÉNEZ / CARLOS SERRANO ORTEGA

  • En 2016 supuso una pérdida del 2,2% de media para los empleados
  • Solo el 20% mantienen cláusula de garantía salarial
El Banco de España descarta el temido efecto de segunda ronda de la inflación sobre la economía española, principalmente, por la desaparición de los convenios colectivos de las revisiones salariales vinculadas al IPC. Solo el 20% de los trabajadores está cubierto por estas condiciones. A final de 2016, la perdida de poder adquisitivo fue del 2,4%.
Después de sufrir una brutal devaluación en los últimos años, los salarios de los trabajadores están recibiendo el castigo de la inflación con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo. Tras dos años de tregua, el repunte del IPC provocado por los precios de la energía está suponiendo una merma real de la renta entre los empleados.
La clave está en la desaparición de instrumentos de los trabajadores para estar protegidos ante la subida generalizada de los precios. Las últimas reformas laborales han favorecido a la eliminación de la indexación de los salarios en los convenios colectivos, tal como señala el Banco de España en el informe trimestral de la economía española dedicado a la inflación.
Según el regulador, el número de empresas que incluyen cláusulas de indexación en sus convenios se ha reducido durante la crisis, citando a la Red de Investigación sobre la Dinámica Salarial del BCE. El porcentaje de trabajadores desprotegidos ante el incremento de la inflación fue del 80% en 2016, frente al 30% que había hace diez años. 

Limitado el efecto de segunda ronda

La ausencia de inflación y la pérdida de negociación colectiva a partir de 2012 ha propiciado que las cláusulas de garantía salarial hayan perdido peso en la revisión de los convenios de empresas y sectoriales.
Esta situación permite afirmar al Banco de España que los efectos de segunda ronda de la subida de la inflación, la revisión de precios y salarios por el incremento del IPC que lleva a una espiral de subida constante, "están limitados". Los expertos de la institución indican que la evidencia disponible hasta el momento para la economía española apunta a que su posible traslación a la evolución de los precios de los productos no energéticos en particular a los salarios tiene un alcance limitado en estos momentos.
La entidad culpa al encarecimiento de los productos energéticos el repunte de la inflación y pero prevé que el IPC descienda al 1,6% a final de año y del 1,5% en 2018 por la moderación de los precios. La economía española está muy expuesta a la revalorización de la cotización internacional de la energía, especialmente del petróleo. España es un importador neto con lo que un encarecimiento representa una pérdida directa de renta de hogares y empresas españoles.

Advertencia

El Banco de España advierte que un intento de eludir el ajuste de las rentas reales que supone el mayor precio del crudo mediante aumentos de precios y de salarios conduzca a tasas de inflación persistentemente más elevadas, con la consiguiente pérdida de competitividad, empleo y actividad para la economía.
El último dato disponible del INE sobre costes salarial indica que el poder adquisitivo de los trabajadores asalariados a cierre de 2016 fue del 2,4% motivada por una tasa del IPC del 1,6% en diciembre y un descenso del coste medio de los salarios del 0,8%. Con el último dato disponible de costes laborales, a cierre de 2016; supone la mayor mordida a los salarios desde junio de 2013.

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